Y desde entonces, ya no sé qué hacer. me quede parado, con un ojo cerrado y el otro esperando, cual quier sombra parecía familiar, ante el sol, la claridad no me deja ocultarme, te falle, y aunque regrese a casa bañado, otro soy yo, ni el mismo que te espera ni el mismo que se prolongó en tu despedida.
Y desde entonces, el tiempo ya no tiene sentido, ya ni cuenta me daría si se pudiera retroceder los días, si el reloj invertido llego a funcionar para mí, ya nada cambiara, asi la gravedad del mundo desaparezca, yo ya estoy cayendo, y tu cielo no me detiene, y tu suelo no me lastima.
Un kiwi enamorado de un quetzal, una jirafa quebrada, desnucada y hambrienta.
Me he tatuado tu nombre en mi brazo más inquieto, y eh intentado que otras pieles ya no me toquen. te amo, y ya no soy yo, me he escrito tu nombre lo más grande de lo que mi dinero me ha podido dar, para recordarte, para ubicarme, para recordar que si te fallo, seguiré cayendo, mujercita....estas hecha para arreglarme la vida, pero yo mismo me la estoy arruinando, tal vez el tatuaje no haya ayudado mucho, tratare con tu imagen en mi pecho, pues en mi mente no basta pensarte siempre, te he fallado, y me da vergüenza ahora tocar tus rizos,
Y no soy valiente por declararlo, qué más da, si no lo entiendes, (o tal vez sí) debería recordar la primera vez que te vi, dentro de esa capsula de vidrio y todos esos tubos rodeándote para mantenerte con vida, y fuiste valiente, al segundo de nacer fuiste fuerte, valiente y lo sigues siendo.
Ahora debería tener no solo los ojos secos, sino mi medio cuerpo inservible para todos y dispuesto solo para caminar contigo, cargarte, acariciarte y dormir contigo, mujercita, confieso que nunca pensé procrearte, que ya desde hacía mucho tiempo me sienti inservible para tener una hija, jamás merecedor de algo tan grandioso, pero llegaste, y para arreglarme la vida, para poder sentir por fin que debo estar limpio siempre, pero te he fallado y lloro a escondidas de ti, hasta que me llamas detrás de la puerta del baño, diisimulo que me baño, me mojo el rostro malagradecido y me beso el brazo y amo tu nombre.
Mañana te llevare al colegio como siempre, peinare tus rizos y caminare contigo ocultando mis mil derrotas, y sintiéndome ganador de haberte tenido. Mujercita valiente., déjame que camine contigo aunque sé que nunca podre merecerlo. Perdóname ahora que estas pequeña, que siento que jamás podre cambiar, que de viejo seré peor y tú, tan bella como siempre, me dirás: o cambias o te vas......