Corre, despójate de los ojos, deja que cuelgue el vestido debajo de tus rodillas estropéate toda, cáete, recógete y atraviesa de nuevo el jardín, corre, que si te alcanzo, vas a sangrar, lagrimas rosadas le dicen, no se por qué.
Ahora levántate antes de que abandone esta silla, que acabo de ver tu cuello hermoso y tendré que masticarlo, para no volverme nuevamente sano, para retorcerme en lo felizmente tirano que soy.
Anda, vuela, y arrójate de labios, estréllate ante mis zapatos, estuviste incierta por ti mismo, te querías siempre extraviar y no podías, te encuentro siempre, te desubico una y otra vez, ya las migajas del camino se las comió mis serpientes que penetran tu historia.
Ahora ve, no mires atrás, ni siquiera levantes la cejas, solo recuerda que si te alcanzo, lagrimas rosadas lloraras, mírate que sucias están tus rodillas, antes de vestirte mejor enjuágate la boca, tienes tanta yerba ahí que me alucinan, tanto polvo blanco que me carcome la nariz.
Levántate cruza el jardín de la casa que jamás compramos, patea las puertas que jamás pudimos atravesar, destrózalas, que se te partan las uñas. Apúrate, que mi silla ya no es eléctrica y ya me estoy cansando de esperar.
Ahora levántate antes de que abandone esta silla, que acabo de ver tu cuello hermoso y tendré que masticarlo, para no volverme nuevamente sano, para retorcerme en lo felizmente tirano que soy.
Anda, vuela, y arrójate de labios, estréllate ante mis zapatos, estuviste incierta por ti mismo, te querías siempre extraviar y no podías, te encuentro siempre, te desubico una y otra vez, ya las migajas del camino se las comió mis serpientes que penetran tu historia.
Ahora ve, no mires atrás, ni siquiera levantes la cejas, solo recuerda que si te alcanzo, lagrimas rosadas lloraras, mírate que sucias están tus rodillas, antes de vestirte mejor enjuágate la boca, tienes tanta yerba ahí que me alucinan, tanto polvo blanco que me carcome la nariz.
Levántate cruza el jardín de la casa que jamás compramos, patea las puertas que jamás pudimos atravesar, destrózalas, que se te partan las uñas. Apúrate, que mi silla ya no es eléctrica y ya me estoy cansando de esperar.